Hace algún tiempo, un amigo me envió estas páginas pertenecientes a l'Abans, una colección que recoge la memoria y la fotografía histórica de los pueblos de Cataluña y Baleares, entre finales del s. XIX y la primera mitad del s. XX. En concreto, estas páginas pertenecen al volumen dedicado a L' Hospitalet de Llobregat y en ellas se habla de la situación del ajedrez a principios de siglo y de las diferentes asociaciones de ajedrecistas que se habían formado en esos años en L' Hospitalet. Después de tenerlas archivadas (muy a mi pesar, pero me falta tiempo para todo) aquí os las dejo.
Están escritas en catalán, pero he añadido una traducción para que todo el mundo pueda entender el texto sin problemas. Creo que sobre todo hará gracia a los que estén más cercanos a L'Hospitalet, pero espero que para el resto no deje de ser algo curioso.
El carnet de ajedrecista me parece genial :P
El carnet de ajedrecista me parece genial :P
La afición al ajedrez, el juego de mesa intelectual
Por los años cuarenta, el deporte en general comienza a asumir, bajo la perspectiva falangista, el papel del instrumento para el fomento de la disciplina y de la fidelidad al nuevo régimen. Eso comportó la aparición de numerosas entidades deportivas, que poco a poco irían llenando el espacio dejado por otros que no superaron el trastorno de la Guerra o que no fueron aceptadas dentro de la nueva ideología política. Aparte de los deportes más practicados y populares, como el fútbol o el básquet, estos años vieron florecer pequeños clubs de aficionados a actividades como los pájaros, la colombofilia o el ajedrez, todas ellas bien vistas por parte de las autoridades. Por lo que respecta al ajedrez, también conocido como “el deporte de la inteligencia”, se trataba, además, de una actividad recomendable desde el punto de vista cultural.
En la ciudad, después de la Guerra Civil, se llegaron a crear hasta cuatro clubs dedicados en exclusiva a este deporte, aunque también se podía practicar en otras entidades. Hay que pensar que el ajedrez comenzó a formar parte de las actividades lúdicas de los socios de los casinos, corales o ateneos desde finales del siglo XIX, momento en que esta práctica se extendió en los espacios públicos. A diferencia de los naipes, el dominó o el billar, el ajedrez tomó un talante más competitivo, cosa que animó a muchos hombres a practicarlo. Como este deporte se practicaba habitualmente en bares, cafés y tabernas, fueron pocas las mujeres que pudieron iniciarse; a medida que fue avanzando el siglo, esta situación se fue normalizando, a pesar de que el número de hombres y mujeres practicantes no llegó nunca a equipararse.
El primer club que apareció fue el Ajedrez Jake Club, en abril de 1944. En septiembre de ese mismo año apareció el Club Ajedrez Hospitalet, que parece que fue el continuador del club del mismo nombre que había existido entre 1930 y 1936. En el año 1945 aparecería el Club Ajedrez Eulaliense, y pocos años después, en 1948, el Club Ajedrez Collblanc. Según recuerdan muchos de los aficionados, los dos clubes que mantuvieron una actividad más intensa y que llegaron a tener más proyección fuera de la población fueron el Ajedrez Jake Club y el Club Ajedrez Hospitalet.
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