sábado, 12 de abril de 2008

Los juegos de cartas en la lengua (I).

A propósito de la entrada anterior sobre el 140 aniversario de Fournier estuve recorriendo su página web y vi un pequeño apartado en el que, como curiosidad, se decía que había algunas expresiones castellanas que habían pasado a la lengua a través de los juegos de cartas. Así que mi vena filológica de nuevo sale a flote en el blog: aquí dejo algunas expresiones del castellano que he recopilado y que provienen de los juegos de cartas. He de decir que, aunque el origen de algunas ya lo conocía, el de otras ha sido todo un descubrimiento para mi.

1. DAR EL PEGO o TIRAR EL PEGO.

Normalmente esta locución verbal se usa con el significado:Engañar con ficciones o artificios”. Pero si buscamos en el DRAE encontramos que pego significa: “Fullería que consiste en pegar disimuladamente dos naipes para que salgan como uno solo, cuando le convenga al tramposo” y dar el pego tiene como primera acepción: “Ganar con baraja preparada para esta fullería”.

De esta manera, la locución tiene su origen en una trampa en los juegos de cartas. Esta trampa consistía en untar determinadas cartas en determinado lugar con una materia pegajosa, para que, mediante una ligera presión del dedo sobre el lugar del unto o del pego, éste actuara y arrastrara la carta siguiente. Aunque hoy día no parece que esta sea una práctica habitual entre los jugadores de cartas, el pego ha mantenido el sentido de “aquello que induce a engaño”.

2. DESCUBRIRSE EL PASTEL.

Habitualmente, usamos esta locución verbal con el significado de “hacerse público y manifiesto algo que se procuraba ocultar o disimular” y así lo recoge el DRAE. Pero, si nos fijamos en otra de las acepciones del DRAE veremos que pastel no es sólo lo que comemos sino que también puede significar: “En el juego, fullería que consiste en barajar y disponer los naipes de modo que se tome quien los reparte lo principal del juego, o se lo dé a otro su parcial”.

Así, la locución descubrirse el pastel la usamos habitualmente como sinónimo de "descubrir una trampa o un juego sucio".

George de La Tour, El tahúr, h. 1625, Museo del Louvre, París. También conocido como Los tramposos y Tramposo del as de diamantes.

3. ESTAR A DOS VELAS o QUEDARSE A DOS VELAS.

Coloquialmente, esta locución significa: “Sufrir carencia o escasez de dinero” y así lo recoge el DRAE en la entrada de vela.

Parece que esta expresión proviene del hecho de que antiguamente, en las timbas y partidas de cartas, el banquero solía actuar colocado entre dos velas. De este modo, cuando se le dejaba al banquero a dos velas o se quedaba uno mismo a dos velas equivalía a dejar al banquero solo con las velas, es decir, sin un duro y, por extensión, también se empezó a usar cuando uno mismo se quedaba sin un duro.

4. NO TENERLAS TODAS CONSIGO.

Si miramos entre las acepciones que el DRAE da de tener, encontraremos que el significado de esta locución verbal es: “Sentir recelo o temor”. En este caso el DRAE no nos da ninguna pista sobre el origen de la locución pero parece bastante claro que provendría también del mundo de los juegos de cartas equivaliendo a "no tener o llevar las cartas necesarias para ganar la mano o el juego".

Relacionado con esta expresión estarían otras del tipo: Llevar las de ganar, o llevar las de perder, en las cuales se alude a las cartas buenas o malas de los jugadores. De hecho, una de las acepciones de llevar es: "En varios juegos de naipes, ir a robar con un número determinado de puntos o cartas".

5. CANTAR LAS CUARENTA.

Este es el significado más usual con el que usamos esta locución y que recoge el DRAE en la entrada de cuarenta: “Decirle con resolución y desenfado lo que se piensa aun cuando le moleste”. Sin embargo, si vamos a la entrada de cantar podemos leer en una de sus acepciones: “En ciertos juegos de naipes, declarar el número de puntos conseguidos al obtener alguna combinación especial de cartas”.

En el mismo DRAE para definir qué son “las cuarenta” explica: “ Número de puntos que gana en el tute quien reúne el caballo y el rey del palo que es triunfo y lo declara o canta al ganar una baza”.

Por tanto, queda claro que el significado con que usamos la expresión coloquialmente proviene del tute, un juego de cartas en el que gana quien más puntos acumula (a cada carta se le da un valor, y al final del juego se cuentan los puntos que cada uno ha podido reunir). Al principio del juego, se saca una carta cuyo palo (de entre los 4 posibles de la baraja española, es decir, oros, copas, espadas y bastos) hace de triunfo (es decir, las cartas de ese palo son las que tienen más valor). Durante la partida, quien consigue reunir el caballo y el rey del palo de triunfo, consigue 40 puntos, los cuales se “cantan” (de dicen en voz alta) para que el resto de jugadores lo sepa.

De esta manera, durante el juego se increpa a los demás jugadores con frases como “cuidado que te voy a cantar las cuarenta”, siendo algo desagradable para los demás (pues significa que va a conseguir 40 puntos) y pasando, a partir de aquí, por extensión, al significado que ha adoptado en el lenguaje coloquial actual.

Caravaggio, Los tramposos, h. 1594. Kimbell Art Museum, Forth Worth (Texas)

Y esto es todo por ahora, en la próxima entrada, más :)


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